Le pedí a Dios...
Le pedí a Dios que me quitara mi orgullo y Dios dijo: No.
Me dijo que no era algo que Él tuviera que quitarme sino que yo tenía que entregar.
Le pedí a Dios que me concediera paciencia, y Dios dijo: No.
Me dijo que la paciencia es fruto de la adversidad, no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me diera felicidad, y Dios dijo: No.
Me dijo que Él da bendiciones, la felicidad depende de mí.
Le pedí a Dios que me evitara el dolor, y Dios dijo: No.
Me dijo que el dolor y el sufrimiento me apartan de las preocupaciones mundanas y me acercan más a Él.
Le pedí a Dios que me hiciese crecer mi Espíritu, y Dios dijo: No.
Me dijo que debo crecer personalmente, pero que Él me podaría de vez en cuando.
Le pregunté a Dios si me amaba, y Dios dijo que sí.
Me dijo que solo debo abrir mis ojos para contemplar la Creación y, al agradecer, encontraré su Amor.
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros como Él me ama, y Dios dijo:
Por fin estás empezando a entender.
Anónimo.