domingo, 27 de septiembre de 2015

MUSICA PARA ORAR.

Salmo 117 cantado en español por el Coro de monjes de la Abadía de San Isidro de Dueñas.
 De su album "Laudes y Vísperas del Domingo".


LECTURAS Y HOMILIA XXVI DOMINGO ORDINARIO

Ciclo B

"luchemos por estar en comunión con Dios aquí.."


NUMEROS 11, 25-29
SALMO 19,8.10.12-14
SANTIAGO 5, 1-6
MARCOS 9, 38-43.45.47-48


Homilía por P. Salvador Villota, O. Carm.                    Archivo de sonido: pulsar para escuchar


 

domingo, 20 de septiembre de 2015

HOMILIA DEL PAPA EN MISA EN LA HABANA



Video de la homilía del  Papa en La Habana                Archivo de sonido: Pulsar para escuchar



LA HABANA, 20 Sep. 15 / 09:54 am (ACI).- El Papa Francisco pronunció la siguiente homilía en la que reflexionó sobre lo que significa el verdadero servicio, a ejemplo de Jesús, con el que realmente se puede llegar a “ser grandes”.
A continuación el texto completo de la homilía del Santo Padre:
El Evangelio nos presenta a Jesús haciéndole una pregunta aparentemente indiscreta a sus discípulos: «¿De qué discutían por el camino?». Una pregunta que también puede hacernos hoy: ¿De qué hablan cotidianamente? ¿Cuáles son sus aspiraciones? «Ellos –dice el Evangelio– no contestaron, pues por el camino habían discutido sobre quién era el más importante».
Los discípulos tenían vergüenza de decirle a Jesús de lo que hablaban. En los discípulos de ayer, como en nosotros hoy, nos puede acompañar la misma discusión: ¿Quién es el más importante? Jesús no insiste con la pregunta, no los obliga a responderle de qué hablaban por el camino, pero la pregunta permanece no solo en la mente, sino también en el corazón de los discípulos.
¿Quién es el más importante? Una pregunta que nos acompañará toda la vida y en las distintas etapas seremos desafiados a responderla. No podemos escapar a esta pregunta, está grabada en el corazón. Recuerdo más de una vez en reuniones familiares preguntar a los hijos: ¿A quién querés más, a papá o a mamá? Es como preguntarle: ¿Quién es más importante para vos? ¿Es tan solo un simple juego de niños esta pregunta? La historia de la humanidad ha estado marcada por el modo de cómo se responde a esta pregunta.
Jesús no le teme a las preguntas de los hombres; no le teme a la humanidad ni a las distintas búsquedas que ésta realiza. Al contrario, Él conoce los «recovecos» del corazón humano, y como buen pedagogo está dispuesto a acompañarnos siempre. Fiel a su estilo, asume nuestras búsquedas, aspiraciones y les da un nuevo horizonte. Fiel a su estilo, logra dar una respuesta capaz de plantear un nuevo desafío, descolocando «las respuestas esperadas» o lo aparentemente establecido. Fiel a su estilo, Jesús siempre plantea la lógica del amor. Una lógica capaz de ser vivida por todos, porque es para todos.
Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al «conocimiento deseado» o a distintos niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la vida cotidiana también aquí en «nuestra isla»; una oferta que siempre hace que el día a día tenga cierto sabor a eternidad.
¿Quién es el más importante? Jesús es simple en su respuesta: «Quien quiera ser el primero, importante, que sea el último de todos y el servidor de todos». Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás.
Esta es la gran paradoja de Jesús. Los discípulos discutían quién ocuparía el lugar más importante, quién sería seleccionado como el privilegiado. Eran los discípulos, los más cercanos a Jesús y discutían sobre eso. Quién estaría exceptuado de la ley común, de la norma general, para destacarse en un afán de superioridad sobre los demás. Quién escalaría más pronto para ocupar los cargos que darían ciertas ventajas. Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir, sirviendo.
La invitación al servicio posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos. Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. Amor que se plasma en acciones y decisiones. Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como ciudadanos estamos invitados a desarrollar.
Son personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, son las que estamos invitados por Jesús a defender, a cuidar y a servir. Porque ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles.
Hay un «servicio» que sirve; pero debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del «servicio» que «se» sirve de los otros. Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los «míos», en nombre de lo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por fuera, generando una dinámica de exclusión.
Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del «servicio que se sirve». Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor. Y esto sin mirar de costado para ver lo que el vecino hace o ha dejado de hacer. Jesús nos dice: «Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos». Ese va a ser el primero. No dice, si tu vecino quiere ser el primero que sirva.
Debemos cuidarnos de la mirada enjuiciadora y animarnos a creer en la mirada transformadora a la que nos invita Jesús. Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro la cuestión al hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca su promoción como ser humano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas.
El santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres.
Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado. Nosotros conocemos, somos testigos de la «fuerza imparable» de la resurrección, que «provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo» (cf. Evangelii gaudium, 276.278).
No nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo, de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos. En eso encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad.
Porque queridos hermanos y hermanos: «Quien no vive para servir, no sirve para vivir».

Texto y foto Aciprensa.

LECTURAS Y HOMILIA XXV DOMINGO ORDINARIO

Ciclo B

"Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos"

Sabiduría 2, 12.17-20
Salmo 53, 3-45.6.8
Santiago 3, 16-4,3
Marcos 9, 30-37


Homilía por P. Salvador Villota, O. Carm.                    Archivo de sonido: pulsar para escuchar


domingo, 13 de septiembre de 2015

HOMILIA PAPA FRANCISCO EN SANTA MARTA



¿Hablas mal de la gente y te crees mejor que ellos? Eres hipócrita, dice el Papa.

VATICANO, 11 Sep. 15 / 05:22 am (ACI).- El Papa Francisco habló esta mañana en su homilía de la Misa en la Casa Santa Marta del riesgo de juzgar a los demás y creerse mejor que ellos, algo de lo que incluso él mismo debe tener cuidado, precisó. Por eso, alabó la capacidad de que uno se acuse a sí mismo y sepa detenerse cuando vaya a hablar mal de los otros, puesto que quien actúa así se convierte en un hipócrita. 
El Pontífice afirmó que el Señor habla de una "recompensa" si no se actúa de esa manera: "'No juzguen y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados'".
"Pero nosotros podemos decir: esto es bonito, ¿eh? Y cada uno de ustedes puede decir: 'Pero Padre, es bonito, pero ¿cómo se hace eso?, ¿Y cuál es el primer paso para ir en este camino?'".
"El primer paso es acusarse a sí mismo. La valentía de acusarse a uno mismo antes que acusar a los otros".
San Pablo, en las lecturas del día "alaba al Señor porque le ha elegido y le da gracias porque 'me ha dado confianza poniéndome a su servicio', porque yo era 'un blasfemo, un perseguidor y un violento'. Pero tuvo misericordia", dijo el Papa.
Francisco aludió a las palabras de Jesús cuando alude a "la paja en el ojo ajeno del hermano y la viga que está en el tuyo". "Primero —prosiguió— es necesario quitar la viga del propio ojo, acusarse a sí mismo" y no sentirse "el juez para quitar la paja de los ojos de los demás".
"Y Jesús usa esa palabra que solamente usa con aquellos que tienen una doble cara, doble alma: '¡hipócrita!, ¡hipócrita!'. El hombre y la mujer que no aprenden a acusarse a sí mismo se convierten en unos hipócritas", manifestó el Santo Padre. "Comenzando por el Papa, hacia abajo: todos", aseguró a continuación.
"Si uno de nosotros no tiene la capacidad de acusarse a sí mismo y después dice, si es necesario, a quien se deban decir las cosas de los otros, no es cristiano, no entra en esta obra tan bella de la reconciliación, de la pacificación, de la ternura, de la bondad, del perdón, de la magnanimidad, de la misericordia que nos ha llevado Jesucristo".
El Pontífice afirmó que lo primero es pedir "la gracia al Señor de una conversión" y "cuando me viene a la mente pensar en los defectos de los otros, detenerse". Pero también "tener la valentía que tiene Pablo" de decirse las cosas. 
"Ahorremos los comentarios sobre los otros y hagamos comentarios sobre nosotros mismos. Y este es el primer paso de este camino de la magnanimidad. Porque aquel que sabe mirar solamente la paja en el ojo del otro termina en la mezquindad, un alma mezquina, llena de pequeñeces, llena de murmuraciones".
Francisco terminó invitando a pedir esta gracia "de seguir el consejo de Jesús: ser generosos en el perdón, ser generosos en la misericordia". 
Para canonizar "a una persona existe todo un proceso, se necesita un milagro, y después la Iglesia" la proclama santa. Pero "si se encontrara alguna persona que nunca, nunca, nunca hubiese hablado mal del otro", "se la podría canonizar rápidamente".
Evangelio de hoy
Lucas 6,39-42
"¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola: "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano."

por Alvaro de Juana (Aciprensa).

LECTURAS Y HOMILIA XXIV DOMINGO ORDINARIO

Ciclo B
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?




ISAIAS 50, 5-9a
SALMO 114, 1-2.3-4.5-6.8-9
SANTIAGO 2, 14-18
MARCOS 8, 27-35


Homilía P. Salvador Villota, O. Carm.                           Archivo de sonido: pulsar para escuchar



¿Quién es el P. Salvador Villota?

Religioso y sacerdote carmelita de la provincia Aragón-Castilla-Valencia.
Doctor en Ciencias Bíblicas por el Instituto Bíblico de Roma.
Actualmente es profesor de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia (España).
Desde estas lineas queremos agradecerle tanto su celo y dedicación, como su consentimiento para publicar estas homilías, en la confianza de que pueden hacer un gran bien a aquellos que las escuchen.





domingo, 6 de septiembre de 2015

LECTURAS Y HOMILIA XXIII DOMINGO ORDINARIO

Ciclo B




ISAIAS 35, 4-7a
SALMO 145, 7.8-9.9bc-10
SANTIAGO 2, 1-5
MARCOS 7, 31-37


Homilía por P. Salvador Villota, O. Carm.                   Archivo de sonido: pulsar para escuchar.