Muralla de la ciudad de Avila (España)
MIGAJA 29ª
Declara con suma delicadeza que hay almas que les cuesta
la oración con el entendimiento y que se afligen por no tener devoción. Les
invita a no afligirse. Como dice ella, no es esto malo, no es falta a Dios. Si
Dios da la devoción bien. Y si no la da también:
"que, aunque a nosotros nos parecen faltas, no lo
son. Ya sabe Su Majestad nuestra miseria y bajo natural mejor que nosotros
mismos, y sabe que ya estas almas desean siempre pensar en El y amarle. Esta determinación
es la que quiere." (Vida 11,15).
"En todo se sirve Dios. Suave es su yugo, y es gran
negocio no traer el alma arrastrada, como dicen, sino llevarla con suavidad
para su mayor aprovechamiento.
Así que torno a
avisar -y aunque lo diga muchas veces no va nada- que importa mucho que de
sequedades ni de inquietud y distraimiento en los pensamientos nadie se apriete
ni aflija. Si quiere ganar libertad de espíritu y no andar siempre atribulado,
comience a no se espantar de la cruz, y verá cómo se la ayuda también a llevar
el Señor y con el contento que anda y el provecho que saca de todo. Porque ya
se ve que, si el pozo no mana, que nosotros no podemos poner el agua. Verdad es
que no hemos de estar descuidados para que, cuando la haya, sacarla; porque
entonces ya quiere Dios por este medio multiplicar las virtudes."
(Vida 11,16-17).
MIGAJA 30ª
Prosigue en este primer estado. - Dice hasta dónde
podemos llegar con el favor de Dios por nosotros mismos, y el daño que es
querer, hasta que el Señor lo haga, subir el espíritu a cosas sobrenaturales.
Dice lo apropiado de la lectura de un libro espiritual
"Lo que he pretendido dar a entender en este capítulo
pasado... es decir hasta lo que podemos nosotros adquirir, y cómo en esta
primera devoción podemos nosotros ayudarnos algo. Porque en pensar y escudriñar
lo que el Señor pasó por nosotros, muévenos a compasión, y es sabrosa esta
pena y las lágrimas que proceden de aquí. Y de pensar la gloria que esperamos y
el amor que el Señor nos tuvo y su resurrección, muévenos a gozo que ni es del
todo espiritual ni sensual, sino gozo virtuoso y la pena muy meritoria. De esta
manera son todas las cosas que causan devoción adquirida con el entendimiento
en parte, aunque no se puede merecer ni ganar si no la da Dios. Estále muy bien
a un alma que no la ha subido hasta aquí, no procurar subir ella; y nótese esto
mucho, porque no le aprovechará más de perder.
Puede en este estado hacer muchos actos para determinarse
a hacer mucho por Dios y despertar el amor, otros para ayudar a crecer las
virtudes, conforme a lo que dice un libro llamado Arte de servir a Dios, que es
muy bueno y apropiado para los que están en este estado, porque obra el
entendimiento. Puede representarse delante de Cristo y acostumbrarse a
enamorarse mucho de su sagrada Humanidad y traerle siempre consigo y hablar con
Él, pedirle para sus necesidades y quejársele de sus trabajos, alegrarse con Él
en sus contentos y no olvidarle por ellos, sin procurar oraciones compuestas,
sino palabras conforme a sus deseos y necesidad.
Es excelente manera de aprovechar y muy en breve."
(Vida 12,1-2).
MIGAJA 31ª
No se suban sin que Dios los suba
"No se nos ha de dar nada de no tener devoción -como
tengo dicho, sino agradecer al Señor que nos deja andar deseosos de
contentarle, aunque sean flacas las obras. Este modo de traer a Cristo con
nosotros aprovecha en todos estados, y es un medio segurísimo para ir
aprovechando en el primero y llegar en breve al segundo grado de oración, y para
los postreros andar seguros de los peligros que el demonio puede poner.
Pues esto es lo que podemos. Quien quisiere pasar de aquí́
y levantar el espíritu a sentir gustos que no se los dan, es perder lo uno y lo
otro, a mi parecer, porque es sobrenatural; y perdido el entendimiento,
quédase el alma desierta y con mucha sequedad. Y como este edificio todo va
fundado en humildad, mientras más llegados a Dios, más adelante ha de ir esta
virtud, y si no, va todo perdido. Y parece algún género de soberbia querer
nosotros subir a más, pues Dios hace demasiado, según somos, en allegarnos
cerca de Sí.
Pues lo que digo «no se suban sin que Dios los suba», es
lenguaje de espíritu." (Vida 12,3-5).
MIGAJA 32ª
Que recibió la gracia de entender y luego de expresar lo
que entendía.
El Señor fue su maestro
"Hartos años estuve yo que leía muchas cosas y no entendía
nada de ellas; y mucho tiempo que, aunque me lo daba Dios, palabra no sabía
decir para darlo a entender, que no me ha costado esto poco trabajo. Cuando Su
Majestad quiere, en un punto lo enseña todo, de manera que yo me espanto.
Una cosa puedo decir con verdad: que, aunque hablaba con
muchas personas espirituales que querían darme a entender lo que el Señor me
daba, para que se lo supiese decir, y es cierto que era tanta mi torpeza, que
poco ni mucho me aprovechaba; o quería el Señor, como Su Majestad fue siempre
mi maestro (sea por todo bendito, que harta confusión es para mí́ poder decir
esto con verdad), que no tuviese a nadie que agradecer. Y sin querer ni
pedirlo... dármelo Dios en un punto a entender con toda claridad y para saberlo
decir, de manera que se espantaban y yo más que mis confesores, porque entendía
mejor mi torpeza. Esto hace poco. Y así́ lo que el Señor no me ha enseñado no
lo procuro, si no es lo que toca a mi conciencia.
Torno otra vez a avisar que va mucho en «no subir el espíritu si el Señor no le subiere». (Vida 12,6-7).
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