Recuérdame Señor, acoger en tu paz el día que comienza.
Ayúdame en todo momento a apoyarme en tu
santa voluntad.
A cada hora del día, revélame cuál es tu
voluntad.
Bendice mi comportamiento con mi entorno.
Enséñame a aceptar, de una manera serena,
todos los imprevistos del día y dame la certeza profunda de que nada pasa sin
tu consentimiento.
Guía mis pensamientos y mis sentimientos
en todas mis palabras y en todas mis acciones y recuérdame que todo acontecimiento
imprevisto está de acuerdo con tu voluntad.
Enséñame a comportarme con firmeza y
sabiduría, sin suscitar amargura u odio hacia los otros.
Concédeme soportar todas las fatigas de
este día.
Dirige mi voluntad. Enséñame a rezar. Reza
Tú en mí.
Amén.
(Atelier Saint Jean Damascène. St.Jean-en-Royans)
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